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Mostrando entradas de noviembre, 2010

Juicio Díaz Bessone: “La violación de detenidas fue una práctica sistemática”

Por Juane Basso. La abogada Olga Cabrera Hansen es una de las personas que más trabajó, desde el campo jurídico, por la reconstrucción de lo que ocurrió en el Servicio de Informaciones de la policía de Rosario durante la dictadura, ‒lugar en el que se montó el centro clandestino de detención más grande de la provincia de Santa Fe y en el que estuvo detenida‒. Este lunes brindó su testimonio en el proceso que se le sigue a seis acusados de integrar la patota que operó en aquel antro de extermino. “Algunas compañeras ‒afirmó la testigo‒ que eran católicas, que pedían asistencia espiritual, volvían espantadas de lo que les decía el cura (Eugenio Zitelli). Justificaba la tortura como algo para obtener información, pero la violación sí lo indignaba, decía que era inmoral”. Además declararon los también sobrevivientes del SI, Juan Carlos Ramos y Juan Carlos Bocanera. Redactora del capítulo Rosario del Informe de la Conadep, en los inicios de la democracia, Cabrera describió a los jueces la m

Juicio Díaz Bessone: La vigilia de Ana

...“Ana no duerme...canta palabras canta y se torna en luz” (Luís Alberto Spinetta). Por Juane Basso. Ana Ferrari, una de las testigos del juicio contra represores de la dictadura que se está llevando adelante en el Tribunal Oral Federal N° 2 de Rosario, dio este martes un testimonio que partió la cabeza de los jueces y provocó varias ovaciones del público presente en la sala de audiencias. Luego un relato increíble de los sufrimientos a que padeció ella y su familia, la sobreviviente ‒que declaró infinidad de veces desde la vuelta de la democracia‒ explicó a los jueces que ha vivido “noches y noches de insomnio” en las que ha ido “repasando el dolor físico y psíquico” al que fue sometida “en el infierno” del Servicio de Informaciones de la Policía de Rosario. “Cada noche sin dormir, cada día que pasa recordamos un poco más”, señaló Ferrari, tras narrar las bestialidades cometidas contra ella misma y decenas de compañeros que compartieron su cautiverio en el mayor centro clandestino d

Juicio Díaz Bessone: “El cura Zitelli justificaba la tortura”

Este martes se retomaron las audiencias por el juicio contra la patota de la dictadura que condujo el comandante de Gendarmería Agustín Feced. Siete sobrevivientes ofrecieron sus testimonios ante el Tribunal Oral Federal N° 2 de Rosario –ubicado en Oroño 940–, donde se juzga a seis imputados de graves delitos de lesa humanidad. Beatriz Belleti, una de las sobrevivientes, se quebró cuando explicó a los jueces que estaba ahí por los que no tienen voz, los desaparecidos y asesinados”. Dos testimonios complicaron al cura Eugenio Zitelli. Uno de los testimonios más impactantes que se escuchó ayer fue el de Beatríz Belleti, quien afirmó que durante 34 años guardó un silencio absoluto de lo que le había ocurrido, pero que ahora entendía que tenía sentido declarar, “por los que no tienen voz, por los desaparecidos y asesinados”, aclaró, al tiempo que explicó que gracias a la política de derechos humanos del gobierno nacional encontró otra motivación para dar su testimonio. También declararon

El juicio en los medios

Los diarios locales, La Capital y Rosario 12 –en mayor medida–, dieron una importante cobertura a la audiencia del Juicio Díaz Bessone de la jornada de ayer. A continuación dejamos los links de las notas publicadas en los matutinos rosarinos. "Hace 34 años que me torturan" (La Capital) Ana Ferreira, un testimonio clave (Sonia Tessa/Rosario12) El dolor de Beatriz (Sonia Tessa/Rosario12) Manolo y esas voces (José Maggi/Rosario12)

Juicio Díaz Bessone: "Eran unos chicos"

Otros cuatro sobrevivientes del centro clandestino de detenciones que funcionó en el Servicio de Informaciones (SI) de la ex Jefatura de Policía de Rosario durante la última dictadura declararon este martes. Los testigos relataron cómo fueron torturados ante el Tribunal Oral Federal Nº2 de Rosario (TOF2) en el marco del juicio oral de la denominada causa Díaz Bessone. Esther Eva Fernández, Oscar Ramón Bustos, Irma Albelo de Canteloro y José Aloisio relataron ante los jueces el modo en que fueron detenidos y los tormentos que recibieron durante sus estadías en el centro clandestino que funcionó en la céntrica esquina de San Lorenzo y Dorrego. Irma Albelo, una mujer de 82 años que estuvo detenida sólo por ser la madre de dos militantes ‒Gloria y Dalia‒, recordó cómo le impactó la realidad que se encontrón en el centro de exterminio: “Me sorprendió que eran todos muy chicos los que estaban secuestrados, chicos y chicas de 18 años, como mis hijas”. El testimonio de de Irma Albelo fue muy

Juicio Díaz Bessone: Espíritu de justicia

José Berra fue uno de los testigos que declaró este lunes en el juicio contra la patota de la dictadura que comandó Agustín Feced, que se está desarrollando en el Tribunal Oral Federal N° 2 de Rosario. “Estos genocidas fueron sólo una parte que iba mucho más allá de los delitos que cometieron. Transformaron el estado de bienestar en una sociedad en la que se fueron beneficiando sectores que no están en el banquillo de los acusados. Mientras tengamos un poco de aliento vamos a seguir testificando para que vayan presos no sólo los cómplices, sino ideólogos del terrorismo de estado”, señaló el sobreviviente, que afirmó además que no lo mueve “el espíritu de revancha, sino el de justicia”. José Luis Berra declaró que estuvo detenido desde el 14 de septiembre de 1976 hasta el 25 de agosto de 1981. “Yo era militante de la UES de la ciudad de Rosario ‒comentó‒. Comencé a militar cuando fue la asunción del gobierno de Héctor Cámpora en el 73. Estudiaba en el Superior de Comercio y me incorporo

Juicio Díaz Bessone: “Volveré a declarar las veces que sea necesario”

El juicio contra los integrantes de la patota que operó en el Servicio de Informaciones (SI) de la policía de Rosario durante la dictadura continuó este lunes con la declaración de otros cuatro testigos. “Fui torturado con picana, golpes, submarino en un balde con agua, varias veces en varios momentos”, recordó Ángel Ruani, uno de los sobrevivientes del centro clandestino de detención que funcionó en la ex jefatura. “Fui militante político en diversas agrupaciones estudiantiles y territoriales del movimiento peronista montonero. Por esa militancia me buscaban y fue acosada mi familia por mucho tiempo”, afirmó el testigo que en la actualidad es funcionario de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Santa Fe. “La primera vez que se la agarran con mi familia fue a fines de enero del 76 ‒rememoró Ruani‒, Pintan la casa con boinas verdes, habían detenido a la familia. A nosotros nos esposaron y nos tiraron en el patio de la casa, a mi papá, mamá y hermana, les realizan simulac

Un tiro por la culata

En el juicio a los integrantes de la patota de la dictadura del Servicio de Informaciones de Policía, declaró este miércoles el vicerrector de la Universidad Nacional de Rosario, Eduardo Seminara, sobreviviente del centro de exterminio que funcionó allí. Entre los acusados de la causa, reconoció a José Scorteccini, con quien había jugado de chico en la Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ). Los abogados de los represores presentaron como testigo a un amigo íntimo de Scortechini que terminó complicándolo aun más, ya que confirmó los dichos de Seminara y confesó que habían compartido juegos en la ACJ. “Jugábamos al ladrón y poli”, declaró Alejandro Bird. Juicio Díaz Bessone Seminara declaró ante el Tribunal Oral federal Nº 2 de Rosario que fue detenido en julio de 1976 mientras hacia la colimba. “En la guardia de personal del 2º Cuerpo de Ejército –recordó el testigo– un uniformado y otro de civil me introducen a una sala y me sacan mi pertenencias me golpean y me dicen que estoy detenid

“A muchas las desnudaban, las violaban y las torturaban”

Este martes, en la jornada de juicio oral contra la patota de la dictadura del Servicio de Informaciones, también delcararon los testigos Celia Valdez y los hermanos Jorge y Norberto Ugolini. Celia señaló que en el centro de exterminio “se escuchaban gritos, golpes, a la madrugada y que a las chicas se las llevaban, y las traían todas torturadas. Ellas contaban que a muchas las desnudaban, las violaban, las torturaban”. Además, fuera del tribunal, estudiantes de la facultad de Humanidades y Artes convocados por el espacio Juicio y Castigo, realizaron distintas actividades de apoyo a los querellantes y organismos de derechos humanos. uicio Díaz Bessone Celia hizo un breve pero doloroso relato de su paso por el SI: “A mí me detuvieron el 1 de julio de 76. Fueron a mi casa, me llevaron a la jefatura, me vendaron los ojos. Entraron en mi casa preguntaban por mi esposo Mario Luraschi –quien declaró la jornada anterior del juicio–, como él no estaba me llevaron a mí. Algunos estaban con unif

Juicio Díaz Bessone: "Salían de Casería"

Liliana Gómez militaba en la JUP de Ingeniería cuando fue detenida el 9 julio del '76, entre evocaciones del Día de la Independencia. En su testimonio en el juicio a represores en Rosario, la sobreviviente recordó que en el centro clandestino de detención de la ex Jefatura de Policía “se distinguía la noche porque las torturas eran mayores” y que “las personas que estaban ahí se excitaban, salían como de cacería”. JUICIO DÍAZ BESSONE La testigo declaró este martes que pudo ver por debajo de la venda que la habían llevado a la Jefatura de Policía. “Allí comienzan a interrogarme, con golpes, sobre todo en los oídos; no tengo noción de tiempo, tengo pantallazos; después supe que estuve cinco o seis días”, contó. Del Servicio de Informaciones (SI) Gómez comentó que pudo ver “al Cura (el policía Mario Marcote, uno de los acusados del juicio), que andaba con una cruz grande colgando”. Liliana también identificó a otro represor de apodo Tu Sam y a “el Ciego” (José Rubén Lofiego, otro de l

Juicio Díaz Bessone: Didáctica del terror

En el juicio a los represores del Servicio de Informaciones de la policía de Rosario –lugar donde funcionó el centro clandestino de detención más grande de la dictadura en Santa Fe–, declararon este lunes cuatro testigos y dos represores que pidieron ampliar su indagatoria. Marcelo de la Torre, uno de los sobrevivientes, no pudo contener su indignación frente a un insulto del abogado del general retirado Ramón Díaz Bessone, Gonzalo Miño, que usó indistintamente los verbos “recibir” y “torturar” para indicar un secuestro ilegal seguido de la aplicación de tormentos. “Que gracioso para usted es lo mismo recibir que torturar”, respondió de la Torre. Otro de los sobrevivientes que ofreció su testimonio fue Carlos Corbella, quien agradeció la posibilidad de juzgar a sus captores “al compañero Néstor Kirchner”. Una clase abierta Marcelo de la Torre hoy es docente universitario. Quizás por su costumbre de estar al frente de sus alumnos, el testimonio que brindó tuvo un tono pedagógico. Su dec