Un llamado de atención al tribunal
El Espacio Juicio y Castigo ofreció una conferencia de prensa este lunes a la mañana frente a los Tribunales Federales de bulevar Oroño al 900 para dar su punto de vista frente a algunas cuestiones que “indignan” a quienes participan de las audiencias que se siguen en torno al primer juicio oral a los represores que actuaron en el Gran Rosario durante la última dictadura. Y como ejemplo, algunos familiares se quejaron ante la imposibilidad de mostrar en la sala algún estandarte que haga referencia a los desaparecidos. De hecho, este lunes concurrieron con fotos y la sala fue desalojada. La jornada se reanudó con el testimonio del periodista Carlos del Frade, que se careó con uno de los acusados, el ex teniente Juan Daniel Amelong. Por la tarde, otros tres testigos prestaron declaración.
Lo de no poder entrar con fotos de las víctimas de la dictadura es lo que más “indigna” a los organismos de derechos humanos. En efecto, tras la conferencia de prensa de este lunes a la mañana, las personas que ingresaron a la sala de audiencias mostraron fotos de sus familiares desaparecidos cuando el tribunal mencionó sus nombres, y el propio tribunal ordenó el desalojo del recinto luego de pedir en tres ocasiones que las bajen.
Desde el Espacio Juicio y Castigo, integrado por organizaciones de derechos humanos, sociales, políticas, estudiantiles y sindicales, se pidió que el tribunal habilite el ingreso a la sala con “prendedores identificatorios, foto de los compañeros desaparecidos, remeras con sus caras”.
“Contrariamente el tribunal permitió durante la primer audiencia que uno de los imputados, Daniel Amelong, exhibiera una vincha donde se podía leer la palabra «legalidad» junto a un portafolio que llevaba pegado una consigna con el texto «CFK perdiste, entendelo», se lee en un comunicado.
Otra de las quejas está relacionada al supuesto dicho de un gendarme que oficia de custodio, que frente al tropezón y caída que sufrió una Madre de Plaza de Mayo murmuró “una menos”. También denunciaron “controles excesivos” en el ingreso a los Tribunales.
La audiencia del juicio a los cinco genocidas que actuaron en la Quinta de Funes, La Intermedia, La Calamita, la Escuela Magnasco y la Fábrica Militar, todos centros clandestinos de detención, se reanudó este lunes con el testimonio del periodista Carlos del Frade, quien tiene escritos varios libros sobre el accionar del terrorismo de Estado en Rosario y la región.
Después de su testimonio, el represor Amelong solicitó un careo con Del Frade, que el tribunal habilitó. Allí el ex teniente hizo su descargo y el periodista reiteró todo lo dicho en su declaración.
A la tarde, continuaron las declaraciones testimoniales. En tanto, este martes brindarán su testimonio el periodista de Rosario/12 Juan Carlos Tizziani, las sobrevivientes de La Calamita, una cárcel clandestina de Baigorria, Adriana Quaranta y Maria Luisa Rubinelli, y el ex intendente de Funes Juan Miguenz.
Lo de no poder entrar con fotos de las víctimas de la dictadura es lo que más “indigna” a los organismos de derechos humanos. En efecto, tras la conferencia de prensa de este lunes a la mañana, las personas que ingresaron a la sala de audiencias mostraron fotos de sus familiares desaparecidos cuando el tribunal mencionó sus nombres, y el propio tribunal ordenó el desalojo del recinto luego de pedir en tres ocasiones que las bajen.
Desde el Espacio Juicio y Castigo, integrado por organizaciones de derechos humanos, sociales, políticas, estudiantiles y sindicales, se pidió que el tribunal habilite el ingreso a la sala con “prendedores identificatorios, foto de los compañeros desaparecidos, remeras con sus caras”.
“Contrariamente el tribunal permitió durante la primer audiencia que uno de los imputados, Daniel Amelong, exhibiera una vincha donde se podía leer la palabra «legalidad» junto a un portafolio que llevaba pegado una consigna con el texto «CFK perdiste, entendelo», se lee en un comunicado.
Otra de las quejas está relacionada al supuesto dicho de un gendarme que oficia de custodio, que frente al tropezón y caída que sufrió una Madre de Plaza de Mayo murmuró “una menos”. También denunciaron “controles excesivos” en el ingreso a los Tribunales.
La audiencia del juicio a los cinco genocidas que actuaron en la Quinta de Funes, La Intermedia, La Calamita, la Escuela Magnasco y la Fábrica Militar, todos centros clandestinos de detención, se reanudó este lunes con el testimonio del periodista Carlos del Frade, quien tiene escritos varios libros sobre el accionar del terrorismo de Estado en Rosario y la región.
Después de su testimonio, el represor Amelong solicitó un careo con Del Frade, que el tribunal habilitó. Allí el ex teniente hizo su descargo y el periodista reiteró todo lo dicho en su declaración.
A la tarde, continuaron las declaraciones testimoniales. En tanto, este martes brindarán su testimonio el periodista de Rosario/12 Juan Carlos Tizziani, las sobrevivientes de La Calamita, una cárcel clandestina de Baigorria, Adriana Quaranta y Maria Luisa Rubinelli, y el ex intendente de Funes Juan Miguenz.