Sentencia en causa Cambiaso - Pereira Rossi: El azúcar no endulza

López, mira fijo a ka cámara. Fue absuelto, pero ya tiene una condena en otra causa por delitos de lesa humanidad. Foto: Franco Trovato Fuoco.

El Tribunal Oral Federal 2 condenó a prisión perpetua a Patti y otros tres represores por los crímenes de los militantes peronistas Cambiaso y Pereira Rossi, en mayo de 1983. A la vez, absolvió a Bignone y a otro cinco imputados, lo que dejó un “sabor agridulce” en familiares y querellantes, que apelarán el fallo.


Por Luciano Couso. Ariel Antonio López se incorporó, con lentitud, sobre sus pies. Llevaba sentado unos 30 minutos en la sala de audiencias, el tiempo que le insumió al tribunal leer la sentencia que, tras casi un año de juicio, lo encontró entre los absueltos. “Asesino, sos un asesino hijo de mil putas”, le gritaron a través del blindex que separa al público de los acusados, más o menos al unísono, un hermano y el sobrino de una de las víctimas cuyo trágico destino se había ventilado en el debate oral, extinguido con la lectura de esa sentencia. En el rostro del civil que durante la última dictadura integró los servicios de Inteligencia del Ejército no se percibió ningún gesto. Ni disgusto ni incomodidad. Quedó como alelado, miró a los dos que le gritaban y bajó los ojos, revestidos con unos lentes de marco negro que contrastaban con su cabello canoso, matizado con mechas amarillas y sujetado a la nuca con una goma elástica. Esa descarga nimia de los familiares tal vez haya reemplazado –fugazmente– la justicia que fueron a buscar al Tribunal Oral Federal 2, que se la brindó de un modo dispar al que ellos ansiaban.
Junto al ex Personal Civil de Inteligencia (PCI) Ariel López (67) estaba su consorte de causa Juan Andrés Cabera (65), quien también compartió con el primero su condición de servicio sin uniforme durante la última dictadura. Un hombre regordete, de pelo blanco y corto, que se mostró abstraído durante la lectura de la sentencia, el mediodía del miércoles pasado en el edificio de los tribunales federales de bulevar Oroño al 900.
López y Cabrera, ambos absueltos, fueron los únicos que presenciaron en persona la lectura de la sentencia. Los ocho imputados restantes en la causa por el secuestro, tortura y homicidio de los militantes peronistas Osvaldo Agustín Cambiaso y Eduardo Pereira Rossi lo hicieron a través de videoconferencias desde sus lugares de detención, en algunos casos la cárcel, en otros sus domicilios particulares.
El TOF 2, compuesto por los jueces Jorge Venegas Echagüe, Beatriz Caballero y Omar Digerónimo, resolvió condenar a cuatro de los diez acusados por los crímenes de El Viejo Cambiaso y Carlón Pereira Rossi, secuestrados el 14 de mayo de 1983, siete meses antes de las elecciones que reabrieron el ciclo democrático en Argentina con el triunfo del radical Raúl Alfonsín.
El ex comisario bonaerense Luis Abelardo Patti (63) –reciclado en democracia como intendente de Escobar– fue condenado a prisión perpetua como autor material de los delitos de privación ilegal de la libertad (el modo técnico en que el Derecho llama al secuestro), en concurso real con tormentos y homicidio, en todos los casos agravados.
La misma pena por los mismos cargos recibió el ex suboficial de la Policía bonaerense, Juan Amadeo Spataro, que en mayo de 1983 integraba junto a Patti y al fallecido Rodolfo Diéguez la partida policial que fusiló en un camino rural cercano a Lima al Viejo y Carlón, bajo la máscara de un presunto enfrentamiento con elementos subversivos.
Los “elementos” habían sido entregados a los policías de la provincia de Buenos Aires por quienes un rato antes los habían secuestrado en el bar Magnum, de Córdoba entre Ovidio Lagos y Callao, el mediodía del 14 de mayo del ’83, previa tortura en un galpón de tornería industrial de Maiorano Hermanos, perteneciente a una familia que antes del Facebook ya le ponía likes a la represión.
La sentencia del tribunal, sin embargo, no pudo probar quiénes secuestraron a Cambiaso y Pereira Rossi, preso y exiliado respectivamente durante la dictadura, militaban entonces en Intransigencia y Movilización, la organización liderada por el caudillo peronista catamarqueño Vicente Saadi que devolvía a la vida político-electoral a sobrevivientes de Montoneros.
Al absolver a López, Cabrera, y a los ex PCI Walter Pagano y Carlos Sfulcini –acusados por la querella y la Fiscalía como los secuestradores– la sentencia del tribunal no pudo probar quiénes arrebataron a golpes del bar Magnum a Cambiaso y Pereira Rossi. Los fundamentos del fallo se conocerán el 1º de julio. Es probable que los jueces hayan aplicado el principio del beneficio de la duda a los PCI jubilados, señalados como autores de la privación ilegal de la libertad por el también PCI Eduardo Tucu Costanzo, quien no fue testigo directo de los hechos sino depositario de esa información a través de terceros.
No deja de ser llamativo –aunque no necesariamente contradictorio– que el tribunal haya condenado a prisión perpetua al entonces jefe de los PCI, Pascual Oscar Guerrieri, jefe del Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario al momento de los hechos investigados, y a su segundo, Luis Américo Muñoz.
En ambos casos, los militares retirados fueron condenados como autores mediatos de los secuestros, tormentos y homicidios, atento al lugar que ocupaban en la estructura de Inteligencia del Ejército, que les impedía desconocer la operación contra Carlón y el Viejo. A los ideólogos, perpetua; a los presuntos autores materiales, absolución.

Controversias
El tribunal absolvió también al último presidente de facto de la dictadura, Reynaldo Benito Bignone, y al ex jefe de Operaciones del II Cuerpo del Ejército, Rodolfo Rodríguez. Los fundamentos, se dijo, aún no se conocen.
Uno de los fiscales del caso, Adolfo Villate, expuso ante el eslabón sus “dudas respecto de Bignone y Rodríguez”. El representante del Ministerio Público Fiscal escarbaba en su cabeza las posibilidades que habrá analizado el tribunal para dictar la absolución de los militares.
A la espera de los fundamentos del fallo, adelantó de todos modos que junto al fiscal Federico Reynares Solari –con quien llevó adelante la acusación en el proceso oral– apelarán las sentencias absolutorias ante la Cámara de Casación Penal.
“Insistiremos en la posición de la Fiscalía, que los autores materiales del secuestro fueron los PCI del  Destacamento de Inteligencia 121; y también con Bignone y Rodríguez, quienes por sus altos cargos debían tener conocimiento de lo que sucedía, aunque con distinto grado de responsabilidad (que los PCI)”, dijo Villate.
Reynares Solari interpretó que los jueces pueden haber interpretado en su resolución que “no hubo planificación desde los altas esferas” del poder dictatorial en la operación que terminó con los fusilamientos de Carlón y el Viejo.
Durante el debate oral, la Fiscalía buscó contextualizar los secuestros y homicidios de Cambiaso y Pereira Rossi –los dos últimos crímenes de la dictadura– como una operación montada por el gobierno de facto para instalar la idea en la opinión pública de un “rebrote subversivo”.
“Los asesinatos de Raúl Clemente Yaguer (ocurrido en abril de 1983 en Córdoba), Cambiaso y Pereira Rossi permitieron las condiciones políticas para la ley de autoamnistía de Bignone”, sostuvo Villate durante su alegato final del juicio.
La teoría del caso de la Fiscalía consiste en que ante un presunto y tardío “rebrote subversivo”, mediante su represión la sociedad digeriría mejor la ley que los militares dictaron para autoexculparse de los crímenes cometidos y legitimar así el terrorismo de Estado, disfrazado de “excesos”.
Otra teoría sobre los últimos pasos de la dictadura señala la existencia de una interna en el poder militar entre quienes impulsaban la reapertura democrática –porque creían que no había otro camino tras Malvinas– y aquellos que planteaban la continuidad del gobierno de facto.
Esta última podría ser la escogida por el tribunal para absolver a Bignone y a Rodríguez, en el entendimiento de que quienes secuestraron y mataron a Cambiaso y Pereira Rossi “se cortaron solos” en medio de esa puja. El 1º de julio se sabrá.
“Vamos a ir a Casación para seguir con esto”, dijo tras la sentencia la abogada del equipo jurídico de Hijos Rosario, Nadia Schujman, quien representó en el juicio la querella particular de las hermanas Ethel y Gladys Cambiaso.
“Vamos a seguir acá –prometió en la puerta de los tribunales– hasta terminar de juzgar la última causa”. Al igual que a los fiscales, a la querella particular no le cerraba la decisión del tribunal sobre los militares retirados Bignone y Rodríguez. Y, aunque no la compartía, parecía comprender la resolución sobre los cuatro PCI, que de todos modos apelará.
A la hermana del Viejo, Ethel Cambiaso, la sentencia le dejó “un sabor agridulce”. “Patti y Spataro, que eran los responsables directos, fueron condenados como esperábamos”, dijo la mujer, pero “nos dejan muy mal” las absoluciones de Bignone y Rodríguez. “Tenían coartadas de todo tipo, pero nunca pensé que iban a eximir así a Bignone, totalmente”, se quejó.
Para contrarrestar el sabor agridulce que dejó la resolución –no sólo en el paladar de Ethel Cambiaso–, un integrante del Ministerio Público Fiscal ensayó ante este periódico una mirada positiva de la cuestión, de orden político: “Con esa sentencia se les cae el argumento (a quienes se oponen a los juicios a los represores) de que en las causas por lesa humanidad están todos condenados de antemano”.

Fuente: El Eslabón

Imagen: López, mira fijo a cámara. Fue absuelto, pero ya tiene una condena en otra causa por delitos de lesa humanidad. Foto: Franco Trovato Fuoco.

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