Balance sobre el cierre del año en el juicio Cambiaso - Pereyra Rossi: “Se destruyó la mentira del enfrentamiento armado”


Para la abogada de Hijos Rosario, Nadia Schujman, representante legal de familiares de los militantes peronistas secuestrados y asesinados el 14 de mayo de 1983, “la prueba para derribar la hipótesis construida durante la dictadura es enorme”.


Por Juan Pablo de la Vega
El 23 de diciembre se realizó en Rosario la última audiencia del año en el marco del juicio oral y público de la causa Cambiaso Pereyra Rossi, en la que son juzgados once represores de la última dictadura cívico militar. La sentencia se espera para marzo de 2016. Según la abogada de la agrupación Hijos, Nadia Schujman, “hubo una cuantiosa prueba producida que posibilitó la reconstrucción de los hechos, que permitirá condenar a los acusados y que traerá, aunque tarde, algo de justicia para los familiares de las víctimas”.
En una entrevista con Diario de los Juicios, la integrante del equipo jurídico de Hijos –y representante de las hermanas Gladys y Ethel Cambiaso–, realizó un balance de todo el desarrollo de la causa y de los datos destacados del último tramo del proceso oral y público que ya lleva más de seis meses de duración.
El Tribunal Oral Federal 2 (TOF2) de Rosario inició el 17 de junio de este año el juicio por el secuestro, las torturas y los homicidios de los militantes peronistas Osvaldo “el Viejo” Cambiaso y Eduardo “Carlón” Pereyra Rossi, por el que están acusados el último dictador, Reynaldo Benito Bignone; el ex comisario bonaerense, Luis Abelardo Patti; el ex jefe del Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario, Pascual Guerrieri; su segundo, Luis Muñoz; el jefe del Departamento III de Operaciones del Comando del II Cuerpo del Ejército, Rodolfo Rodríguez; y el jefe del II Cuerpo al momento de los hechos, Carlos Lucena. También están acusados el policía bonaerense Juan Spataro y los ex Personal Civil de Inteligencia (PCI) Walter Pagano, Juan Andrés Cabrera, Ariel López y Carlos Sfulcini. En medio del proceso murió otro de los imputados, el también PCI, Ariel Porra.

¿Cuáles son los elementos más destacados que se produjeron en las últimas audiencias del juicio?
—La prueba más destacada del juicio ha sido la testimonial, ya que la documental obraba en el expediente, en su mayoría. Fue muy importante la declaración de Eduardo Costanzo, que ha podido aportar cómo operó la patota del Batallón 121 y quiénes fueron parte de los hechos, declaración que fue confirmada por otros testimonios que se fueron escuchando a lo largo del juicio. Se demostró que Costanzo no pudo enterarse de eso por los diarios, como se ha querido instalar, sino que sólo pudo haberse enterado por alguien que haya estado presente el día del secuestro de Cambiaso y Pereyra Rossi.
Por otra parte, Costanzo es un co-imputado en juicios como Guerrieri I y II, en los que se comprobó la veracidad de sus dichos y mediante los cuales, entre otras cuestiones, hemos ubicado a compañeros desaparecidos en Campo San Pedro, y obtenido datos fundamentales para la recuperación de la identidad de nuestra compañera Sabrina Gullino, hija de los militantes detenidos-desaparecidos en la Quinta de Funes, Raquel Negro y Tulio Valenzuela.
Con relación a la prueba más importante, nos parecen relevantes los aportes de los peritos, que fueron concluyentes, aún los que propusieron los abogados de los imputados, como Osvaldo Raffo, conocido por la causa Nisman, que a los ojos sorprendidos de la defensa vino al juicio y sostuvo lo que los otros peritos, quienes confirmaron las torturas sufridas por las víctimas, lugares de las mismas e incluso, sin que se le preguntara, habló de la distancia de los disparos e impactos de bala que recibieron Cambiaso y Pereyra Rossi. Según dijo Raffo, gracias a los avances de la ciencia, ahora se había permitido confirmar que esos disparos fueron efectuados a menor distancia, destruyendo la hipótesis, la mentira, del enfrentamiento, y confirmando que fueron asesinados.
También pudimos demostrar a lo largo del juicio, gracias al aporte de testigos y compañeros de militancia, la persecución previa de la que fueron víctimas Cambiaso y Pereyra Rossi hasta sus secuestros, asesinatos y la aparición de sus cuerpos. Además quedó acreditada la responsabilidad de la policía bonaerense, y que la dictadura quiso que los cuerpos aparecieran, y que esos crímenes tenían como objetivo condicionar la democracia que se venía, un claro mensaje de impunidad.
A siete meses del inicio del juicio, ¿qué se pudo reconstruir sobre cómo se dieron los hechos?
―Lo que se acreditó es que Pereyra Rossi y Cambiaso, a las 10 de la mañana del 14 de mayo de 1983, mantenían una cita en el bar Magnum de Rosario, cuando de un Mercedes Benz más otros dos autos, se bajó una patota de entre 8 y 10 personas que los secuestraron violentamente, los sacaron a la vista de todos los testigos, incluso sangrando, y fueron metidos dentro de los vehículos. Se confirmó que el operativo fue realizado por esta patota del Batallón 121 comandada por Víctor “Chuly” Rodríguez y Pascual Guerrieri, quienes incluso se dieron el lujo de festejar frente a la cara de los testigos. Hubo personas presentes ese día que recordaron en el juicio la excitación y los gritos de festejos por haber logrado el secuestro de los dos militantes peronistas.
Se demostró que Cambiaso y Pereyra Rossi luego fueron conducidos a un galpón de Maiorano Hermanos, ubicado en Callao y Biedma, y que esta familia tenía vínculos con los servicios de inteligencia del Ejército. Que los militantes fueron torturados y llevados después a la provincia de Buenos Aires, a la localidad de Lima, donde fueron entregados a Luis Abelardo Patti, Spataro y Diéguez, y que –estando todos presentes– Patti dio el tiro de gracia que terminó con la vida de los compañeros.
También se probó cómo luego hicieron aparecer los cuerpos como si hubiera habido un enfrentamiento, con mucha impunidad. La cantidad de elementos que indican que el enfrentamiento armado fue fraguado, es enorme. Las ropas cambiadas de las víctimas, la manipulación de los cuerpos, todas cuestiones que fueron comprobadas tras los testimonios de los bomberos que declararon en el juicio.

¿Cuáles son los pasos que le quedan al juicio para el año próximo?
—El 10 de febrero del año que viene el juicio se retoma con una inspección ocular a los galpones de Maiorano. Vale recordar que durante este año ya hubo inspecciones al bar Magnum y al lugar en Lima donde se encontraron los cuerpos del Viejo y de Carlón. Después de ese reinicio, que comenzará con la inspección en febrero, vendrán los alegatos de las querellas y la fiscalía, primero, y las defensas luego.

¿Hay una estimación de cuándo puede ser la lectura del veredicto?
—Si bien no hay confirmación oficial, se especula una posible fecha de sentencia que –estimamos– puede ser cercana al 24 de marzo.

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