Juicio a los genocidas de San Nicolás: Alegó la defensa de Muñoz



Por Martín Stoianovich.
Llegó la semana de los alegatos por parte de la defensa de los imputados en el primer juicio por los delitos de Lesa Humanidad ocurridos en San Nicolás durante la última dictadura. Este lunes 10 de diciembre fue el turno de la lectura de la abogada Valeria Corbacho, defensora de Jorge Muñoz, uno de los tres acusados por la masacre de la calle Juan B. Justo del 19 de noviembre de 1976. El pedido de Prisión Perpetua y Efectiva en cárcel común ya fue realizado por las querellas y la fiscalía. Sólo falta esperar la sentencia, que probablemente se realice antes de fin de año. Por parte de la defensa, lo que queda en esta etapa es sentar la postura acerca de cuál debe ser el destino de los acusados. 

Corbacho no tuvo límites a la hora de desarrollar su mirada de la situación, por más contradictoria que resultase en relación a lo presentado por las otras partes días atrás. 

En un principio desarrolló conceptos que hacían referencia a un desacuerdo notorio respecto de los juicios a los responsables de las atrocidades de la última dictadura cívico militar.


Realizó un recorrido sobre los conceptos de perdón, indulto y amnistía a lo largo de la historia del Derecho Internacional y Nacional. En referencia a “la construcción de la paz”, citó a Cicerón, y remontándose a las épocas de la antigua Atenas mencionó leyes del perdón que se habían aplicado con el fin de reconstruir la paz.

Reivindicó el derecho al Indulto, a la Amnistía y a las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Estas últimas, leyes 23.521 y 23.492 respectivamente, fueron anuladas en el año 2003 con la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia.

Poniendo ejemplos de leyes aplicadas en el extranjero, Corbacho buscó refugio para poder criticar el trabajo de las organizaciones de Derechos Humanos. “Hay una disyuntiva entre los que dicen que el juicio y castigo es el único método para evitar nuevas represiones, y las leyes de amnistía que construyen la paz”, sostuvo, quizás dejando de lado la idea de que la paz se construye con justicia, y no con el olvido. Amnistía deviene del griego “oamnestia”, que quiere decir olvido.


Otro ejemplo que utilizó Corbacho fue el de Brasil y su amnistía declarada en 1979 luego de la dictadura iniciada con el Golpe de Estado de 1964. De esta manera, con la Ley 6.683/79, se evitaba juzgar a autores de “crímenes políticos o de motivación política”. Esta ley no fue más que una maniobra más para pasar por alto investigaciones que logren el procesamiento y la condena a responsables de distintas violaciones de Derechos Humanos.


Habló de guerra, de enfrentamiento. Aseguró que hubo “una guerra interna ocasionada por grupos armados revolucionarios”, que por su accionar eran blancos de los procedimientos correspondientes a la época. Se refirió a Montoneros, recordó el asesinato de José Ignacio Rucci en 1973, y los conflictos entre Perón y la organización que se desatarían luego. De esa forma, intentó detallar el contexto que llevaría al Golpe de Estado de 1976. Considerando a Montoneros como una Organización Política Militar, Corbacho pretende disminuir la culpa que cae sobre las fuerzas conjuntas, que no son ni más ni menos que responsables del Terrorismo de Estado, ya sea sobre la sociedad civil o sobre organizaciones políticas.

Acerca de la masacre de Calle Juan B. Justo


Respecto a estos hechos, Corbacho pretendió que se reconozca que los tres niños fueron atendidos, que el bebé sobreviviente fue devuelto y que se informó a los familiares de las víctimas sobre los hechos, para luego entregarles los cuerpos.


Sobre Ana María Granada sostuvo que su muerte fue en el marco de un supuesto enfrentamiento, producto de su resistencia a ser detenida. Mientras que sobre el matrimonio de María del Carmen Fettolini y Omar Amestoy volvió a hacer hincapié en la hipótesis del suicidio. Ante esto, la abogada defensora intentó reforzar la idea de que las víctimas se negaron a ser juzgadas. 

También se buscó volver a la hipótesis del enfrentamiento, que días atrás a fuerza de pruebas las querellas y la fiscalía se habían encargado de refutar. Citó para esto la nota que el diario El Norte había publicado posteriormente a los hechos, en la cual hacía referencia a un enfrentamiento. Pero de todos modos, y más allá de los que los responsables de este medio en particular pudieron haber declarado, es de público conocimiento la manipulación y los aprietos que en tiempos de dictadura sufrían los medios de comunicación en general, ya sea con o sin acuerdos e intereses de por medio. 

Presenciando la audiencia se encontraban, como siempre, los familiares de las víctimas y hasta el propio Manuel Gonçalves. Tuvieron que soportar durante horas los discursos que intentaban justificar los procedimientos y poner a las víctimas como culpables. Pero el límite entre la coherencia y lo ya aberrante se superó cuando Corbacho dio a entender que la muerte de los dos niños fue responsabilidad de sus padres. “Que los niños estén escondidos en un ropero entre un colchón influye en la asfixia”, sostuvo sin tener en cuenta que probablemente era más riesgoso exponer a los chicos a los peligros del ataque de las fuerzas conjuntas. Pero claro, en su hipótesis eso no sucedió. Tampoco la muerte de los niños fue producto de los gases de las granadas lanzadas por la claraboya a la habitación donde se encontraban refugiadas las criaturas. La asfixia, según la abogada, se debió a la supuesta quema de papeles de la organización. 

Finalmente, sostuvo que las querellas y la fiscalía no lograron quebrar el Estado de inocencia de Jorge Muñoz. Ante esto, pidió que se lo absuelva de culpa y cargo. “Todo el pueblo de San Nicolás sabía quién era el Comisario Muñoz”, había declarado momentos antes en relación a 1976.

Varios años después el pueblo de San Nicolás no se acuerda del olvido, sabe quién es Muñoz y es consciente de que la amnistía, el indulto y el perdón no son el camino. 

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