Juicio Díaz Bessone: la defensa de Lofiego
El abogado del represor de la dictadura, José Rubén Lofiego –alias el Ciego o Menguele–, dijo que el connotado torturador del ex Servicio de Informaciones (SI) de la policía de Rosario “recibía órdenes del Ejército”, y reflotó el argumento de la obediencia debida.
Gritzko Gadea Dorronzoro, el defensor de uno de los más siniestros represores del SI de Lofiego inició este martes su alegato en el juicio oral que se sigue, además de Lofiego, al ex general Ramón Dìaz Bessone, José Scortechini; Mario Alfredo Marcote y Ramón Rito Vergara; y al civil Ricardo Miguel Chomicky, acusado de “colaboracionista” por varios de sus ex compañeros de militancia.
Además de adherir a los planteos ya realizados por la defensa de Marcote, Vergara y Scortechini, y de solicitar la nulidad de parte de los alegatos de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y la Fiscalía, los principales argumentos Dorronzoro apuntaron a la prescripción de los delitos que se le imputan a su defendido, y a señalar que el marco normativo dictado por el gobierno de Isabel Perón destinado no dieron otra alternativa a la policía que cometer los iliícitos por los que se lleva adelante el juicio.
El abogado de oficio complicó la situación de otro de los imputados, Díaz Bessone, al indicar que la responsabilidad en las detenciones fue del Ejército y que Lofiego no podía determinar la ilegalidad o legalidad de dichas privaciones de la libertad.
En el juicio, que lleva más de un año y transita su etapa final, investiga los crímenes de lesa humanidad cometidos contra 93 personas en el centro clandestino de detención que funcionó en el Servicio de Informaciones (SI) de la ex Jefatura de Policía de Rosario, el más grande de la provincia, ya que se calcula que por él pasaron entre 1.800 y 2.000 personas.
Durante el proceso, la fiscalía y las querellas solicitaron prisión perpetua para el ex jefe del II Cuerpo de Ejército Ramón Díaz Bessone, y para el ex policía José Rubén Lofiego.
Gritzko Gadea Dorronzoro, el defensor de uno de los más siniestros represores del SI de Lofiego inició este martes su alegato en el juicio oral que se sigue, además de Lofiego, al ex general Ramón Dìaz Bessone, José Scortechini; Mario Alfredo Marcote y Ramón Rito Vergara; y al civil Ricardo Miguel Chomicky, acusado de “colaboracionista” por varios de sus ex compañeros de militancia.
Además de adherir a los planteos ya realizados por la defensa de Marcote, Vergara y Scortechini, y de solicitar la nulidad de parte de los alegatos de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y la Fiscalía, los principales argumentos Dorronzoro apuntaron a la prescripción de los delitos que se le imputan a su defendido, y a señalar que el marco normativo dictado por el gobierno de Isabel Perón destinado no dieron otra alternativa a la policía que cometer los iliícitos por los que se lleva adelante el juicio.
El abogado de oficio complicó la situación de otro de los imputados, Díaz Bessone, al indicar que la responsabilidad en las detenciones fue del Ejército y que Lofiego no podía determinar la ilegalidad o legalidad de dichas privaciones de la libertad.
En el juicio, que lleva más de un año y transita su etapa final, investiga los crímenes de lesa humanidad cometidos contra 93 personas en el centro clandestino de detención que funcionó en el Servicio de Informaciones (SI) de la ex Jefatura de Policía de Rosario, el más grande de la provincia, ya que se calcula que por él pasaron entre 1.800 y 2.000 personas.
Durante el proceso, la fiscalía y las querellas solicitaron prisión perpetua para el ex jefe del II Cuerpo de Ejército Ramón Díaz Bessone, y para el ex policía José Rubén Lofiego.