Juicio Díaz Bessone: Volver al infierno
Los jueces del Tribunal Oral Federal Nº 2 de Rosario se trasladaron este martes hasta el Servicio de Informaciones de la ex jefatura de policía, para realizar una inspección ocular del espacio donde funcionó el centro clandestino de detención por el que pasaron unas 1800 personas entre los años 1976 y 1979.
El juicio oral y público que se desarrolla en Rosario contra el ex jefe del II Cuerpo de Ejército Ramón Díaz Bessone y otros cinco imputados, por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura, continuó este martes con la inspección ocular del SI por parte de los jueces, quienes estuvieron acompañados por un puñado de ex detenidos políticos.
Entre otros sobrevivientes, Eduardo Perez Risso, Marta Bertolino, Laura Ferrer Varela y Liliana Gómez mostraron a los jueces los lugares donde fueron torturados, donde se hallaban recluidos, donde estaba la oficina en que se escribían a máquina las “confesiones” arrancadas bajo tormentos. Los testigos indicaron lugares claves para comprender el funcionamiento de ese dispositivo de terror montado por los represores, como el Sótano y la Favela.
Los ex presos recordaron ante los jueces dónde vieron por última vez a algunos de los desaparecidos de la causa, y pudieron mostrar lo increiblemente pequeño del lugar por donde pasaron alrededor de 1800 presos políticos, de los cuales unos 300 se encuentran desaparecidos.
Los jueces Otmar Paulucci, Beatriz Caballero de Barabani y Jorge Venegas Echague, “ahora vieron por sus propios ojos el lugar sobre el que se está hablando hace más de un año en el juicio, lo que constituye un paso trascendental para darle un anclaje aún más real a los relatos de los testigos y sobrevivientes del SI”, indicó Nadia Schujman, abogada de HIJOS Rosario.
Luego, a la vuelta de la inspección se pasó un video con lo registrado durante la recorrida, lo que provocó un nuevo pedido del ex jefe del Segundo Cuerpo de Ejército, Ramón Díaz Bessone para ejercer su derecho a descargo. El militar retirado volvió a atacar la palabra de los testigos, en un intento por desacreditar sus dichos.
Cabe recordar que, desde que comenzó el debate, en julio de 2010, declararon ante el tribunal cerca de 150 testigos.
Se investigan hechos ocurridos en el centro clandestino de detención que funcionó en dependencias del Servicio de Informaciones de la ex Jefatura de Policía de Rosario, en perjuicio de 86 víctimas.
En el proceso son juzgados, además del ex comandante del Segundo Cuerpo del Ejército, Ramón Genaro Díaz Bessone; los ex policías rosarinos José Rubén Lo Fiego, Ramón Rito Vergara, Mario Alfredo Marcote y José Carlos Scortechini; y el civil Ricardo Miguel Chomicky.
Los acusados se encuentran investigados por distinta cantidad de casos de privación ilegítima de la libertad agravada por mediar violencia y amenazas en concurso real con tormentos, secuestros agravados por violencia y amenazas en concurso real con desaparición física y asociación ilícita.
En el juicio se ventilan los delitos de lesa humanidad cometidos por el aparto represivo que operó entre 1976 y 1979 en el entonces Servicio de Informaciones (SI) de la policía rosarina, el centro clandestino de detenciones más importante del sur de la provincia de Santa Fe.
El SI funcionó en la ochava de Dorrego y San Lorenzo, en pleno centro de esta ciudad, en un viejo edificio donde estuvo durante años la Jefatura de Policía de Rosario y que ahora alberga a la sede local de la Gobernación. Se estima que por ese lugar pasaron al menos 1.800 detenidos-desaparecidos.
El juicio oral y público que se desarrolla en Rosario contra el ex jefe del II Cuerpo de Ejército Ramón Díaz Bessone y otros cinco imputados, por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura, continuó este martes con la inspección ocular del SI por parte de los jueces, quienes estuvieron acompañados por un puñado de ex detenidos políticos.
Entre otros sobrevivientes, Eduardo Perez Risso, Marta Bertolino, Laura Ferrer Varela y Liliana Gómez mostraron a los jueces los lugares donde fueron torturados, donde se hallaban recluidos, donde estaba la oficina en que se escribían a máquina las “confesiones” arrancadas bajo tormentos. Los testigos indicaron lugares claves para comprender el funcionamiento de ese dispositivo de terror montado por los represores, como el Sótano y la Favela.
Los ex presos recordaron ante los jueces dónde vieron por última vez a algunos de los desaparecidos de la causa, y pudieron mostrar lo increiblemente pequeño del lugar por donde pasaron alrededor de 1800 presos políticos, de los cuales unos 300 se encuentran desaparecidos.
Los jueces Otmar Paulucci, Beatriz Caballero de Barabani y Jorge Venegas Echague, “ahora vieron por sus propios ojos el lugar sobre el que se está hablando hace más de un año en el juicio, lo que constituye un paso trascendental para darle un anclaje aún más real a los relatos de los testigos y sobrevivientes del SI”, indicó Nadia Schujman, abogada de HIJOS Rosario.
Luego, a la vuelta de la inspección se pasó un video con lo registrado durante la recorrida, lo que provocó un nuevo pedido del ex jefe del Segundo Cuerpo de Ejército, Ramón Díaz Bessone para ejercer su derecho a descargo. El militar retirado volvió a atacar la palabra de los testigos, en un intento por desacreditar sus dichos.
Cabe recordar que, desde que comenzó el debate, en julio de 2010, declararon ante el tribunal cerca de 150 testigos.
Se investigan hechos ocurridos en el centro clandestino de detención que funcionó en dependencias del Servicio de Informaciones de la ex Jefatura de Policía de Rosario, en perjuicio de 86 víctimas.
En el proceso son juzgados, además del ex comandante del Segundo Cuerpo del Ejército, Ramón Genaro Díaz Bessone; los ex policías rosarinos José Rubén Lo Fiego, Ramón Rito Vergara, Mario Alfredo Marcote y José Carlos Scortechini; y el civil Ricardo Miguel Chomicky.
Los acusados se encuentran investigados por distinta cantidad de casos de privación ilegítima de la libertad agravada por mediar violencia y amenazas en concurso real con tormentos, secuestros agravados por violencia y amenazas en concurso real con desaparición física y asociación ilícita.
En el juicio se ventilan los delitos de lesa humanidad cometidos por el aparto represivo que operó entre 1976 y 1979 en el entonces Servicio de Informaciones (SI) de la policía rosarina, el centro clandestino de detenciones más importante del sur de la provincia de Santa Fe.
El SI funcionó en la ochava de Dorrego y San Lorenzo, en pleno centro de esta ciudad, en un viejo edificio donde estuvo durante años la Jefatura de Policía de Rosario y que ahora alberga a la sede local de la Gobernación. Se estima que por ese lugar pasaron al menos 1.800 detenidos-desaparecidos.