Juicio Díaz Bessone: delcaró Chomicky

Ricardo Chomicky encierra en su persona la doble condición de ser víctima de secuestro y torturas durante la dictadura y estar imputado de esos mismos delitos. Su nombre ha generado polémica desde el inicio del juicio contra la patota de Feced, puesto que ingresó como detenido al centro clandestino de detención que funcionó en el Servicio de Informaciones, y hoy está sentado entre los acusados. La razón de esta situación procesal parte de los testimonios de víctimas sobrevivientes de lugar de exterminio, que lo señalan como colaborador de los represores. Este miércoles Chomicky declaró ante el Tribunal Oral Federal Nº 2 de Rosario, negó haber torturado, aseguró que siempre estuvo “en calidad de detenido”, y afirmó que junto a su pareja, Nilda Folch, fueron “víctimas, perseguidos, torturados, secuestrado, violada Folch y reducidos al servilismo”. Entre los numerosos actos de “servidumbre” que enumeró, explicó que “limpiaba la sala de tormentos” y que escribía informes que después salían publicados en el diario La Capital.



“Voy a dejar en claro mi militancia”, comenzó diciendo el “Cady”, como lo apodaban en los setentas sus entonces compañeros de militancia de la organización Montoneros. “Comencé a los 16 años –relató–, siendo delegado del Superior de Comercio. Luego empecé a militar activamente junto con la que era mi novia, Nilda Folch en la UES. En el 74 fuimos a hacer apoyo escolar a villa Felipe Moré con la JP. Después revisto categoría de soldado en Montoneros. Paso con Folch a la clandestinidad, luego soy ascendido a oficial”.

El Cady describió a los jueces como fue el día de su captura: “El 1 diciembre de 1976, saliendo en un bar Juan José Paso y Alberdi, recibo golpe en la cabeza, me reducen junto a Folch, nos llevan en 2 autos al SI. Me llevan vendado, a las patadas, en el aire, una voz me dice “llegó el oso” era la voz de “el Ciego”. El “Ciego”, es el apodo de otro de los imputados del juicio, el ex oficial José Rubén Lofiego, un reconocido torturador y mano derecha del jefe del centro de exterminio, el Comandante de Gendarmería Agustín Feced.

“Desnudo –prosiguió contando Chomicky–, llevado a una camilla metálica, en la oficina de Lofiego, torturado, escucho los gritos de Folch. Lofiego me dice “escuchá como violan a tu noviecita”. Para parar lo que estaba sucediendo con Folch, les digo que podía ofrecer un domicilio, me llevan en un auto, fuimos a la casa de Ramos, un colaborador de la organización que lo único que hizo fue prestar su domicilio. Lo llevan junto con el hijo. A la vuelta me llevan a la Favella -uno de los cuartos del SI-, atado y vendado. Folch, es torturada y violada, en estos procedimientos tiene activa participación el Cura”. El Cura era el apodo de otro de los acusados del proceso, el ex policía Mario Alfredo Marcotte.

La relación con Feced

El Cady explicó al TOF2 algo que según él “es muy importante para entender nuestra situación, que es lo que nos cambia el lugar de hábitat dentro del SI, llevándonos a vivir, pegado a la oficina del Ciego”, donde habría estado la sala de tormentos. “Me llevan a una oficina -apuntó Chomicky-, me sacan la venda, veo a un hombre alto que me pega. Era Feced, me dice que habíamos perdido la guerra y toda una perorata. Allí ocurre algo que cambia nuestra situación, Feced conoce a Folch, le resulta muy parecida a su hija mayor”. Y después agregó: “Luego la veo a Folch, con los ojos rojos. Nos sienta Feced, nos dice que si ninguno de los dos teníamos una boleta (es decir si no habíamos matado a policía) nosotros nos salvábamos. Al otro día vuelve con ropa, ropa interior, artículos femeninos”.

El acusado indicó que a partir de ese momento pasaron a ser “sirvientes, a limpiar la sala de torturas, porque uno se defeca, hay olor a carne”. “Cuando llegaban los nuevos torturados nos sacaban a los gritos -amplió Chomicky-, se sucedía a toda hora, a la madrugada, terminábamos y nos hacían limpiar, escribíamos a máquina. Los informes de La Capital los escribía yo”.

Uno de los cuestionamientos que han realizado los sobrevivientes del SI contra Chomicky, es que el máximo jefe del centro de detención, Agustín Feced, fue “padrino de la boda de Chomicky con Folch”, y sobre esa relación se refirió ayer en su declaración.

“Feced tomó la decisión de pedir por nuestra vida a Galtieri. Hubo un cambio en nuestro status, visitábamos a nuestra familia, nos custodiaban y nos llevaban de noche. Próximo a nuestra liberación vino Feced a hablarme en privado, no me tenía mucha simpatía, me dice “hijo de puta, vos metiste a esta pendeja en esto, ahora te vas a casar. Por civil nos casó en el despacho de él, por iglesia en Zavalla, con un cura amigo”.

El imputado repitió varias veces el mismo planteo: “hemos sido víctimas, perseguidos, torturados, secuestrados, violada Folch, reducidos al servilismo”.

“El 15 de febrero de 1977 pasamos a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN)”, indicó. “Una vez liberados fuimos a vivir a Mar del Plata a una casa que tengo desde el año ’70”, contó Chomicky.”

El único civil imputado de este juicio oral –Folch está prófuga- asumió que su defensa era contar “su versión” de la historia. “Muchos dicen que por qué no denunciamos. En el 83 tuvimos visitas de gente de los Servicios que me amenazaba con mi hijo de 3 años. Nos tenían totalmente vigilados. La justicia jamás nos citó a declarar, pero en el '84 me trajeron a declarar, luego nos citó a indagatoria”, afirmó.

Chomicky está acusado de privación ilegítima de la libertad, tormentos y asociación ilícita. Con relación a esas imputaciones, Cady se preguntó: ¿Cómo se puede pensar que un secuestrado le puede privar ilegítimamente la libertad a otro secuestrado? El propio estado ya reconoció que yo fui un secuestrado dos veces. Cuando me indemniza por el tiempo que estuve chupado en la Favella, y lo dice de nuevo por el plazo que estuve a disposición del PEN”. También cuestionó: ¿que aportes podía dar yo en la tortura al lado de el Cura y el Ciego? Niego haber apremiado, ni haber torturado a nadie”.

Sobre el delito de asociación ilícita, Chomicky señaló que “la premisa fundamental es tener voluntad” y agregó: “Yo no tenía voluntad, estaba quebrada, convivía con la muerte. Pero no hay una sola mención mía ni de Folch ni una denuncia, una vez que quedamos en libertad. Lo que hicimos al salir fue irnos lo más lejos posible para olvidarnos de ese infierno”.

El imputado se quejó que “a 34 años, sigo siendo perseguido, encarcelado y torturado. Qué son estos 4 años de cárcel. Me hacen sentar con los mismos que lo hicieron en el 76. Si Nilda estaría presente la habrían sentado al lado de sus violadores”.

Cady argumentó que “nunca tuve libre albedrío” y amplió: “no quiero hablar de las víctimas, dicen que pedí permiso para darle soda a alguien, pero yo tenía que pedir permiso hasta para darle agua a alguien. No le achaco a la gente que me denuncia, el ánimo de denostarme”.

Penal Marcos Paz

“Para mi fue imposible. Algunos le piden a otros la condición de heroe, cuando uno no tiene garantizadas las condiciones mínimas de seguridad. Algunos pensarán que éste es el ámbito para denunciar, y yo voy a explicar por qué para mi no, porque seguramente tenga que volver a un pabellón de delitos de lesa humanidad, con Astiz, Von Bernich y Acosta”, anunció Chomicky.

El imputado, al igual que otros procesados de este juicio, estuvo detenido en el Penal de Marcos Paz –hace algunos meses fueron puestos en libertad por una decisión de la Cámara de Casación Penal–. En su declaración de este miércoles hizo referencia a algunos episodios vividos en esa cárcel: “Cuando llegué a Marcos Paz –indicó Cady– me trasladaron con Walter Pagano y Juan Ámelong, que me buscaron mucho tiempo para matarme. Allí tuve una charla con Etchecolatz, que me dice que la gente puede morir ahorcada de noche, me mostró una soguita hecha de sábanas y me dice que un montonero no puede estar en ese pabellón”.

En la audiencia de miércoles también declararon en forma muy escueta Lo Fiego y Marcote, quienes dieron detalles de la fecha en que ingresaron al SI y negaron haber participado de operativos de detención de militantes.

En tanto, los otros dos ex policías acusados, Ramón Rito Vergara y José Carlos Scortechini se abstuvieron de declarar, por lo que se incorporaron sus indagatorias realizadas durante la etapa de instrucción del proceso.

Discusiones

Alrededor de Chomicky se desató una importante discusión entre querellantes, sobrevivientes y organismos de derechos humanos. Hay sobrevivientes y organismos como Familiares y La Liga Argentina por los Derechos del Hombre de Rosario que lo acusan, mientras que la Fiscalía, la agrupación HIJOS Rosario y la Secretaría de Derechos Humanos no lo querellan.

Para los lectores interesados en sumergirse en este rico ‒aunque a veces doloroso debate‒, dejamos algunos links con documentos y escritos que se expresan sobre el tema:

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